sábado, mayo 28, 2011

Sentirse aislado.
Caminar cabizbajo por la calle. Oliendo a barro mojado. La calle respira vapor de agua y se te eriza el vello de la piel. Andar despacio, sin rumbo, solo andar. Pensar en todo lo que te ha ocurrido en los últimos meses y no saber como has sido capaz de llegar hasta donde estás. Todas las personas que han pasado por tu vida, las que sin darse cuenta han pasado de largo y las que, con algo de suerte aún permanecen ahí. Pensar en la cantidad de miradas que recuerda tu pequeña y concentrada mente y solo las más importantes relucen con fulgor.

Luchar por lo que quieres, y por las personas que crees que realmente merecen la pena. Aun que te hayan despreciado, y no es que no te merezcan por ello, es más, te merecen de verdad si inmediatamente se han arrepentido. Jamás dejaría de lado su sonrisa y sus hoyuelos de niño feliz. Quizá sean celos, quizá rencor, quizá simplemente un mal día, quizá temor...
Hay amigos y amigos, y mejores amigos. Pero hay gente que aún que haya términos suficientes no tienes palabras para darles las gracias como se merecen. Porque hay gente que aún que haya formado una pequeña parte importante de tu vida, siempre permanecerá ahí, por lo menos en tu corazón. Y creo que es razón suficiente para luchar por ella.


Holstvej.

TU PUTA VOZ RESUENA EN MI CABEZA.