miércoles, julio 18, 2012

No todo es negro, tampoco blanco...

Cuando has cumplido con tus objetivos y aún nos ha decidido escoger unos nuevos, te quedas inmóvil en un terreno llano. A veces son tan solo deseos personales, sin mucha importancia como conocer a alguien, o alegrarle a alguien el día. Sorprender a una persona que quieres, o comprarte esos pantalones por los que tanto has ahorrado. Pero cuando lo has conseguido, ese placer, esa satisfacción dura tan poco que apenas nos da tiempo a saborearlo y nos quedamos incompletos. Sentir ese vacío que nadie llena es triste. Pero te limitas a intentar llenarlo con pequeños detalles que te alegran momentáneamente. Todo cambia cuando te das cuenta que un buen helado de chocolate con nueces no es capaz de completar ese hueco por mucho tiempo, que como helado se derrite y ensucia.




No tener algo por lo que luchar. No tener una razón por la que levantarte cada día. No tener un sentimiento que te ayude a combatir las guerras del día a día desmotiva. Y seguir soñando no es la cura. Necesitamos que nos encuentren, que nos salven y nos saquen del pozo de la infelicidad. Porque aunque aparentemente seamos felices, si existe un atisbo de duda, no es así. Y cuando encuentres esa persona que te saque y te salve, de todo lo que odias o de todo lo que no puedes soportar, estarás seguro de que quizá no seas feliz, pero ¿quién necesita más?
(No estamos solos.)

TU PUTA VOZ RESUENA EN MI CABEZA.